lunes, 19 de noviembre de 2007

Asociaciones deportivas


Club es la palabra inglesa que corresponde a la española asociación. Un club de rugby es una asociación deportiva, y como tal ha de tener un mínimo de tres personas que lo representen, y sin limite de cargos, que nosotros llamamos directivos. Un presidente, un tesorero, un secretario, y el resto de cargos, llamados vocales, o como nosotros le llamamos, directivos.
La junta directiva representa a los socios del club en el dia a dia, y toma las decisiones cotidianas, bien por areas, bien de manera colegiada. Las normas que rigen el funcionamiento de la asociación constan en los estatutos. En caso de que los socios quieran participar de la toma de decisiones, pueden convocar una asamblea extraordinaria.
En nuestro club, como en muchas otras asociaciones, los socios en general consideran que con pagar su cuota y participar de las actividades que son el fin de la asociación ya hacen suficiente. Es por eso, que los "directivos" pueden tomar las decisiones que quieran, generalmente, y no se les cuestiona. En entidades con varias candidaturas a la presidencia con su equipo gestor, las asambleas extrordinarias y la mala gestión implican necesariamente un cambio de cabezas visibles. Ese no es el caso de nuestro club. Como no hay alternativa, siempre estan los mismos, lo hagan bien o lo hagan mal, y como mucho se produce una rotación de cargos.
y eso no es culpa de los directivos, es culpa de los socios, que no colaboran, y obligan a que pocas personas tomen todas las decisiones.
Claro, al final eso lleva a un modelo poco democrático en el cual se hacen el mínimo de consultas, pero....repito... la culpa no es de la directiva, es, en este caso de la falta de jugadores que colaboren con el club.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Historias del infrarrugbi con Johnny Holliday

Esta sección tratará de batallitas reales ocurridas en el pasado de Johnny, con él como protagonista, más que a nivel deportivo, a nivel del surrealismo contínuo que acompaña a los jugadores de rugby de bajo nivel y a su entorno

El caso Holliday


Cuando un amigo tiene problemas, solemos quedar con él e intentar ayudarlo. Si de la conversación deducimos que el problema se arregla o mejoramos el humor de nuestro amigo, nos sentimos satisfechos, pero si, infructuosamente, una y otra vez no conseguimos que el problema se solucione o levantar la moral de nuestro amigo, al final simulamos estar muy ocupados, y marginamos discretamente a esa persona que nos desmoraliza y deprime con sus problemas.

Yo prefiero tener amigos que vivir en el rencor. Allá cada cual con su conciencia (si la tiene), e intento mirar para delante. Nadie me ha echado del club, sigo formando, en el ideario psicológico, parte de él, y sencillamente estoy disfrutando de un descanso, que como todos sabeis me merezco.

Aún estoy pensando cúal puede ser aquella actividad hacia el club que no me comprometa en exceso, y que me reporte alguna satisfacción. Por supuesto, y visto el desarrollo de los acontecimientos, si alguien quiere pelea, que me busque.

jueves, 8 de noviembre de 2007

La gran traición

En el mundo del rugby es muy importante el grupo. Formamos parte de un grupo que nos otorga una identidad, tanto dentro del campo como fuera. Cuando estamos con el equipo, vamos todos juntos, y nunca abandonamos a un compañero. Debemos apoyarle, tanto en el juego, como en los incidentes que a veces se producen que no corresponden estrictamente al juego.
En mi caso reciente, me siento abandonado y traicionado. El grupo no me ha protegido.
¿Que quiero decir exactamente con esto? Bueno, a riesgo de escribir cosas que sólo yo leo, estoy dedicando bastante tiempo a este blog, sobretodo porque estoy de baja laboral y también porque mi vecino me permite usar su conexión a internet. Esta noche he tenido la esperada conversación con Jaume, en calidad de representante de la junta directiva, después de casi tres semanas de los incidentes violentos que provocaron mi dimisión.
Se aplica la idea maquiavélica de que el fin justifica los medios, y el argumento es que el Palomo está consiguiendo un progreso del juego del equipo (y unos resultados) que no se obtendría con otros de los entrenadores posibles (si se ha pensado en alguno). Así pues, yo me quedo fuera y el Palomo se queda dentro. Parece ser que en estos dos años, hay voces que opinan que no estoy a la altura que se esperaba, que soy malo entrenando, vaya. Y no me lo habian dicho antes.
Cuando terminamos la pasada temporada, tenía intención de abandonar el B y ver si me podía colar en la escuela de rugby. Los jóvenes tienen de verdad necesidad de aprender, y además quieren. Yo veía que en el B sólo podía alinear el dia del partido y acompañar. Los jugadores del B no querían entrenar. Sin embargo, al final de temporada, el momento adecuado para dimitir, para no causar trauma alguno al club, y que se pudiese buscar a alguien más competente, los jugadores del B me pidieron que me quedase, lo cual me conmovió. Además, el palomo me pidió que llevara la sub21. Más adelante, de cara al viaje a Mallorca, el palomo me pidió que fuese en calidad de 2º entrenador, y también me confirmó como segundo entrenador de cara a la siguiente temporada. No sé donde esta la hipocresía.
Cuando se desató el incidente, me ha dado la sensación de que se me quería aplicar la Omertá, la llamada ley del silencio (aquí no ha pasado nada).
Ahora, después de tres semanas se me dice que el club me quiere, pero no en el senior. Yo digo que ante una directiva que me ha traicionado una vez, no puedo confiar, y no puedo seguir con este club en el que se defiende antes a un buen entrenador venido de fuera que a uno de siempre de la casa. No me comparo con palomo. Sé que si el dimite yo no iba a llevar el primer equipo. Pero cuando este individuo dimita o sea cesado, habran perdido al gran entrenador que hace progresar al equipo y también a mí, ya que si te la hacen una vez, te la meterán otra.
Saluditos a todos, majetes