jueves, 20 de diciembre de 2007

FELICES FIESTAS A CASI TODOS

Aprovecho estas fiestas navideñas para enviar un afectuoso saludo a todos aquellos que han estado conmigo en estos últimos años, ofreciéndome su amistad y apoyo, y les deseo que estas fiestas navideñas las disfruten al máximo y que este año que ya viene nos dé a todos un poquito de ventaja para conseguir aquello que queremos.
Año nuevo, vida nueva.......

martes, 11 de diciembre de 2007

EL B ES EL A


Ya hace unos años, después de una seria lesión de rodilla, que tontamente me hice en un partido pachanga jugando como arrier, el presidente del club en aquel momento Tiriti, aceptó mi ofrecimiento para ejercer como entrenador del segundo equipo junto con Buri.
Poco había que entrenar, y poco sabíamos nosotros, yo solo podía ir los viernes y días de partido, porque estudiaba en la universidad por las tardes. Pero no me perdía salir a cenar después del entreno y acabar tomando unas birras en el Drop. Era un chollo, porque los jugadores no paraban de invitarme a cervezas y no solía pagar casi ninguna. En aquella época, en el Bosanova, nadie cobraba, y a mí ese parecía un buen pago por mi trabajo. Buri y yo entrábamos generalmente al vestuario y charlábamos con los jugadores, pocos consejos técnicos, en general porque pocos jugadores tenían idea de jugar, y les alentábamos a echarle “ huevos” y divertirse, tal como hubiéramos hecho nosotros de poder jugar.
Pues bien, una noche de viernes, bastante borracho, muchos de los jugadores del B que estaban conmigo y debían jugar al día siguiente a la tarde contra el Badalona, me decian que jugase, que iban a faltar jugadores. Como consecuencia de mi embriaguez dije:”jugaré si sois menos de 12”. Por supuesto, contaba con que serian 12 como mínimo.
El sábado a la tarde, a la hora de la convocatoria, solo habia 10 jugadores. Yo llevaba mis botas, pantalones, medias, espinilleras en una pequeña bolsa de entreno que intentaba disimular. Media hora antes del partido había 11 jugadores, y yo, fiel a mi palabra dada, me cambié. Le informé a Jordi Villalante, para que él se hiciese cargo y , a partir de ese momento, yo era un jugador más.
Al mismo tiempo, el primer equipo estaba jugando su partido, y el resultado iba mal, de hecho, se acabó perdiendo. En la grada estaba Jean Luc Trogno, que ahora comenta partidos en teledeporte, y había sido jugador del club y también entrenador nuestro durante las dos temporadas anteriores. Aunque ya no jugaba con nosotros, venía a ver los partidos, ya que el nuestro era su club.
Empezó el partido. Minutos antes, Jordi me preguntó si quería decir algo. Yo miré al suelo y dije que no.
Empezamos bien. Yo me apliqué a lo que más me gustaba. Jugaba de tercera línea, que era lo que habíamos pactado, y solo teníamos un ala, que se cambiaba de lado con el arrier. Empecé a placar. Mi partido consistía en presionar al contrario, y si tenía oportunidad, placar al contrario. Aunque subido de peso, lo cual se notó al cuarto de hora, aún placaba fuerte y ese exceso de peso me hacía aún más contundente. En seguida detecté que por mi lado nunca intentaba pasar nadie y eso me exigía correr un poco más para enganchar a alguien que placar. Con solo un tercera línea había asegurado a ras de paquete. Ahora mi trabajo como tercera era remontar con la línea, pero solo en defensa, para placar.
Fue un partido duro. El Badalona también iba fuerte. Uno de nuestros jugadores, Raul de la Torre, mayor de edad que los otros, con un pasado de rugby en el barça y que había jugado a fútbol americano, que jugaba de segunda línea, cayó al suelo con conmoción cerebral, y abandonó el partido. El arbitró nos preguntó si queríamos abandonar el partido. Yo miré al suelo y no dije nada. Los jugadores decidieron seguir jugando.
A medida que pasaban los minutos, y aunque aguantábamos siendo menos, de vez en cuando el Badalona nos metía una marca. A la salida del medio de campo, subíamos a presionar como si fuéramos 15 y el partido acabara de empezar. No estábamos motivados, estábamos eufóricos. Los jugadores del primer equipo, ya cambiados y después del tercer tiempo estaban en la grada animándonos. Y a medida que pasaban los minutos, cada vez estábamos más animados jugando. No dábamos ningún ruck por perdido, conservábamos siempre el balón hasta que alguien de la línea avanzaba casi hasta marca, placábamos y no dejábamos avanzar, jugábamos a un alto ritmo, y siendo menos, nuestra presión sobre el contrario era insólita. Alguien más abandonó el partido por lesión, y el árbitro nos volvió a decir que podíamos dar el partido por acabado. Yo creo que le dábamos pena, 9 jugadores contra 15, encima con cambios. Yo miré al suelo sin decir nada, en realidad ya habíamos hecho mucho, nos habíamos presentado, sin hacer forfait y nos podíamos retirar dignamente. Yo ya no jugaba y prefería abandonar el partido, pero no solo, por lesión. También tuve un golpe en la cabeza y me despisté un poco, pero seguí jugando. Los jugadores, ya no valientes, insensatos, le respondieron al arbtro que querían seguir jugando. Nuestro publico en la grada (jugábamos en la Fuixarda), nos animaba y Jean Luc comenzó a gritar y alabar las jugadas, empezó a golpear la chapa de detrás de la grada y a gritar: “El B es el A”. Al poco rato, el publico coreaba : “El B es el A”,en clara referencia a la actitud . Seguimos jugando, ya sólo intentábamos acabar el partido, ya lo habíamos perdido, pero siempre jugábamos para divertirnos. En una melé a favor nuestro a cinco metros aún intentamos hacer una marca, y nos metimos en la melé todo el equipo, excepto un ala y el arrier. Si llegamos a perder el balón tendríamos que correr todos hacia atrás y ver como nos hacia marca toda la línea contraria. Pero entramos e hicimos marca. La grada gritaba; “El B es el A”.
Parecía que hubiéramos ganado una final de algo. Cuando terminé le partido me dolía todo, pero participé del tercer tiempo como un jugador más, que ese día lo fui.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Asociaciones deportivas


Club es la palabra inglesa que corresponde a la española asociación. Un club de rugby es una asociación deportiva, y como tal ha de tener un mínimo de tres personas que lo representen, y sin limite de cargos, que nosotros llamamos directivos. Un presidente, un tesorero, un secretario, y el resto de cargos, llamados vocales, o como nosotros le llamamos, directivos.
La junta directiva representa a los socios del club en el dia a dia, y toma las decisiones cotidianas, bien por areas, bien de manera colegiada. Las normas que rigen el funcionamiento de la asociación constan en los estatutos. En caso de que los socios quieran participar de la toma de decisiones, pueden convocar una asamblea extraordinaria.
En nuestro club, como en muchas otras asociaciones, los socios en general consideran que con pagar su cuota y participar de las actividades que son el fin de la asociación ya hacen suficiente. Es por eso, que los "directivos" pueden tomar las decisiones que quieran, generalmente, y no se les cuestiona. En entidades con varias candidaturas a la presidencia con su equipo gestor, las asambleas extrordinarias y la mala gestión implican necesariamente un cambio de cabezas visibles. Ese no es el caso de nuestro club. Como no hay alternativa, siempre estan los mismos, lo hagan bien o lo hagan mal, y como mucho se produce una rotación de cargos.
y eso no es culpa de los directivos, es culpa de los socios, que no colaboran, y obligan a que pocas personas tomen todas las decisiones.
Claro, al final eso lleva a un modelo poco democrático en el cual se hacen el mínimo de consultas, pero....repito... la culpa no es de la directiva, es, en este caso de la falta de jugadores que colaboren con el club.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Historias del infrarrugbi con Johnny Holliday

Esta sección tratará de batallitas reales ocurridas en el pasado de Johnny, con él como protagonista, más que a nivel deportivo, a nivel del surrealismo contínuo que acompaña a los jugadores de rugby de bajo nivel y a su entorno

El caso Holliday


Cuando un amigo tiene problemas, solemos quedar con él e intentar ayudarlo. Si de la conversación deducimos que el problema se arregla o mejoramos el humor de nuestro amigo, nos sentimos satisfechos, pero si, infructuosamente, una y otra vez no conseguimos que el problema se solucione o levantar la moral de nuestro amigo, al final simulamos estar muy ocupados, y marginamos discretamente a esa persona que nos desmoraliza y deprime con sus problemas.

Yo prefiero tener amigos que vivir en el rencor. Allá cada cual con su conciencia (si la tiene), e intento mirar para delante. Nadie me ha echado del club, sigo formando, en el ideario psicológico, parte de él, y sencillamente estoy disfrutando de un descanso, que como todos sabeis me merezco.

Aún estoy pensando cúal puede ser aquella actividad hacia el club que no me comprometa en exceso, y que me reporte alguna satisfacción. Por supuesto, y visto el desarrollo de los acontecimientos, si alguien quiere pelea, que me busque.

jueves, 8 de noviembre de 2007

La gran traición

En el mundo del rugby es muy importante el grupo. Formamos parte de un grupo que nos otorga una identidad, tanto dentro del campo como fuera. Cuando estamos con el equipo, vamos todos juntos, y nunca abandonamos a un compañero. Debemos apoyarle, tanto en el juego, como en los incidentes que a veces se producen que no corresponden estrictamente al juego.
En mi caso reciente, me siento abandonado y traicionado. El grupo no me ha protegido.
¿Que quiero decir exactamente con esto? Bueno, a riesgo de escribir cosas que sólo yo leo, estoy dedicando bastante tiempo a este blog, sobretodo porque estoy de baja laboral y también porque mi vecino me permite usar su conexión a internet. Esta noche he tenido la esperada conversación con Jaume, en calidad de representante de la junta directiva, después de casi tres semanas de los incidentes violentos que provocaron mi dimisión.
Se aplica la idea maquiavélica de que el fin justifica los medios, y el argumento es que el Palomo está consiguiendo un progreso del juego del equipo (y unos resultados) que no se obtendría con otros de los entrenadores posibles (si se ha pensado en alguno). Así pues, yo me quedo fuera y el Palomo se queda dentro. Parece ser que en estos dos años, hay voces que opinan que no estoy a la altura que se esperaba, que soy malo entrenando, vaya. Y no me lo habian dicho antes.
Cuando terminamos la pasada temporada, tenía intención de abandonar el B y ver si me podía colar en la escuela de rugby. Los jóvenes tienen de verdad necesidad de aprender, y además quieren. Yo veía que en el B sólo podía alinear el dia del partido y acompañar. Los jugadores del B no querían entrenar. Sin embargo, al final de temporada, el momento adecuado para dimitir, para no causar trauma alguno al club, y que se pudiese buscar a alguien más competente, los jugadores del B me pidieron que me quedase, lo cual me conmovió. Además, el palomo me pidió que llevara la sub21. Más adelante, de cara al viaje a Mallorca, el palomo me pidió que fuese en calidad de 2º entrenador, y también me confirmó como segundo entrenador de cara a la siguiente temporada. No sé donde esta la hipocresía.
Cuando se desató el incidente, me ha dado la sensación de que se me quería aplicar la Omertá, la llamada ley del silencio (aquí no ha pasado nada).
Ahora, después de tres semanas se me dice que el club me quiere, pero no en el senior. Yo digo que ante una directiva que me ha traicionado una vez, no puedo confiar, y no puedo seguir con este club en el que se defiende antes a un buen entrenador venido de fuera que a uno de siempre de la casa. No me comparo con palomo. Sé que si el dimite yo no iba a llevar el primer equipo. Pero cuando este individuo dimita o sea cesado, habran perdido al gran entrenador que hace progresar al equipo y también a mí, ya que si te la hacen una vez, te la meterán otra.
Saluditos a todos, majetes

viernes, 16 de marzo de 2007

Problemas....y soluciones

Hola, que tal...
Cuando fui al curso de entrenadores de nivel 1 a los profesores que gestionaban el curso se les llenaba la boca de las palabras "rugby de alto nivel".
A medida que describían lo que debía de ser eso, yo reconocía en mi club todo lo contrario, que ellos denominaban, con cierto reconocimiento "rugby cerveza" , dejando aún en peor lugar el rugby universitario.
Me di cuenta de que para tener "rugby de alto nivel" hacian falta muchas cosas: utilleros, profesionalidad de los jugadores, instalaciones adecuadas, entrenadores preparados, etc...
y entonces detecté una cosa: no paraban de quejarse del rugby en España, de las carencias de estos y muchos más elementos, que el rugby de regional y el de división de honor se parecen mucho, y eso significaba una cosa..... Ellos solo soñaban con aproximarse al rugby de alto nivel, ni siquiera lo habían acariciado escasamente, ...en España no hay rugby de alto nivel.
Gracias, un abrazo

jueves, 15 de marzo de 2007

La psicologia de la competición


Los grupos que aspiran a ganar estan motivados con ese objetivo. Eso no significa que individualmente todos se concentren exclusivamente en la victoria. En el momento que un equipo se presenta a un partido significa que pretende disputarlo, sino ...¿a que va?
Pero las victorias son de muchos tipos, y no siempre la refleja el resultado. Viajar lejos, en un partido fuera de casa, acompañado por un delegado para rellenar el acta y menos de 15 jugadores no presagia precisamente una victoria. Pero si el partido se desarrolla ordenado, si el contrario nos respeta, no por educación, sino por prudencia, el objetivo de ganar queda desplazado por esa sensación de que el contrario no puede bajar la guardia, e intentar, intentar, aunque sea infructuosamente, una y otra vez...
En el tercer tiempo, nos sentiremos cansados (¡¡¡como no!!!), pero orgullosos, mientras saboreamos una o varias cervezas bien ganadas y charlamos con nuestro rival de tu a tu.